CHINGÓN CLUB: Cuando la flor se hizo furia
8/28/20253 min leer


Cuando la flor se hizo furia / Andros Hernández - CHINGÓN CLUB
Artista multidisciplinario, Andros Hernández (Oaxaca de Juárez, 1991), conocido como Chingón Club, se ha dedicado a la fotografía, la ilustración, la escultura, la litografía y técnicas de impresión, disciplinas que aprendió en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo de su ciudad natal donde inició sus estudios en 2009 y que lo llevaron a graduarse como el mejor de su clase un par de años después. Empezó su carrera profesional como director de arte de Mezcal El Silencio, donde, por varios años, desarrolló la identidad gráfica además de múltiples proyectos con los que posicionó a la marca internacionalmente.


A partir de 2019 se estableció con la personalidad artística de Chingón Club que, con una visión contemporánea, combina sus raíces más profundas y su cultura con tendencias internacionales. Como Chingón Club, Andros, ha colaborado con artistas y casas de Haute Couture como Art Comes First, colectivo londinense, el fotógrafo estadounidense Mark Powell, el artista californiano Lucien Shapiro, la diseñadora de modas mexicana Carla Fernández, el diseñador de moda británico Ozwald Boateng, la cantante mexicana Julieta Venegas, la reconocida fotógrafa mexicana Yvonne Venegas, así como los fotógrafos Brett Gundlock y Daniel Arnold, entre muchos otros.
Del 14 al 28 de agosto, la Galería Claroscuro de la Ciudad de México, presenta la muestra Cuando la flor se hizo furia, una serie de fotografías de gran formato y un par de piezas textiles realizadas con técnicas tradicionales en las que Andros retrata imágenes relacionadas con la Costa Chica de Oaxaca, un lugar donde se fusionan la tierra y el mar y que guarda antiguos secretos cuyo origen es la historia y costumbres de los pueblos afrodescendientes de la región.
Los vestigios de estos pueblos están presentes en las danzas tradicionales, los sonidos de los tambores y las máscaras que se usan durante el carnaval y que son mostrados por el artista de manera no convencional. La herencia africana data de varios siglos atrás, cuando hombres y mujeres llegaron a la región arrancados de su continente y fueron convertidos en esclavos. La nueva tierra los miró con una mezcla de miedo y deseos de aislarlos, sin embargo, resistieron y aportaron cantos, mitos y memorias ancestrales; de esa resistencia se transformaron en fuego.
El paso del tiempo vio surgir hombres con sed de venganza, de justicia y con furia, "los matones de hacendados" quienes, machete en mano, rompieron el silencio impuesto por siglos, este hecho separó a algunos y acercó a otros más, para, finalmente, provocar un encuentro que es el origen de algo nuevo, un mestizaje forjado por danzas, fiesta y también por sangre, una identidad de costa que amalgama lo afro, lo oaxaqueño y lo guerrerense.


Las piezas de Andros revelan un acto de amor y justicia, un reconocimiento a la mezcla cultural y al origen, al fuego perenne… el artista afirma que: “recordar de dónde venimos no es mirar atrás: es afirmar que seguimos aquí, que seguimos vivos. Bailando con todo lo que fuimos, lo que somos, y lo que aún seremos”.
Con esta exposición, la número 17 desde sus inicios en septiembre de 2024, la Galería Claroscuro a cargo de su directora Jeannette Arévalo Angus, inicia un nuevo ciclo, un espacio para la fotografía, un espacio localizado al sur de la ciudad, albergado por Casa Camelia, en la colonia Florida, una construcción donde conviven el concreto, el vidrio y la naturaleza y que sin duda serán un marco perfecto para las piezas de Andros Hernández.































